No existen datos sobre la prevalencia de dolor inespecífico cervical en los atletas, presumiblemente porque los esfuerzos de vigilancia en esta población se han centrado en la prevención de las lesiones graves de la columna cervical (por ejemplo, fracturas). Un grupo que padece mucho de problemas cervicales y del que no se suele hablar son los ciclistas, es un deporte que tiene una tasa de dolor cervical muy alta, tanto por la cantidad de horas en la misma posición forzada como en la tensión de los grupos musculares de la parte superior de la espalda y cuello, pero este hecho no se refleja en ningún informe médico deportivo.
Independientemente del origen de los síntomas, los atletas con dolor de cuello pueden tener déficit en la recuperación muscular, en la fuerza y resistencia de los mismos, en la estabilidad postural e incluso en el control oculomotor. Los atletas con dolor cervical también pueden tener déficit de movilidad en las regiones cervical y/o torácica superior. En consecuencia, la discusión del problema cervical hay que basarla en el deterioro del cuello del deportista y no en el deporte específico que practica, aunque este tiene su importancia. De ahí que el uso de una almohada ortopédica es fundamental para evitar la progresión del deterioro cervical; particularmente es beneficiosa para atletas con cuello recto o aquellos que presentan una pérdida de la lordosis cervical, y en especial aquellos deportistas que por la noche presentan radiculitis en su brazo (dolor que irradia por el o los brazos) asociado con dolor cervical.
International Journal of Sports Med. 1995;16(3):201-206
